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Quimeras

  • Quimera.

    (Del lat. chimaera, y este del gr. χίμαιρα, animal fabuloso).

    1.  Monstruo imaginario que, según la fábula, vomitaba llamas y tenía cabeza de león, vientre de cabra y cola de dragón.

    La quimera es un término de la mitología griega que designaba a un monstruo con cabeza de león, cuerpo de cabra y cola de dragón. Más tarde, el espectro se amplió para utilizarse a una criatura fantástica compuesta a partir de otras.

    En las torres de la catedral Notre-Dame existe una galería de quimeras realmente impresionante. Eso sí, las quimeras no deben confundirse con las gárgolas, que además de decorativas sirven de desagüe. Las quimeras de esta galería que se encuentra entre las dos torres fueron diseñadas por Viollet-le-Duc, uno de los arquitectos que restauró la bella catedral en el siglo XIX. (Fuente:http://letrasendesorden.blogspot.com.es )

    2.  Aquello que se propone a la imaginación como posible o verdadero, no siéndolo.

    El Rey Juan Carlos I, utilizó esta última acepción hace unos días, dando a entender que la independencia de Cataluña es algo quimérico que más vale dejar de perseguir.

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    Con las cortinas echadas y bajo la luz tenue de una lamparilla color verde militar, el joven Príncipe devoraba las hojas de un libro que hablaba de amores, París y jazz.

    La lectura le transportaba lejos de las paredes enmarmoladas del palacio y le permitía conocer personajes que no fueran mayordomos, monarcas o jefes de protocolo. A sus diecisiete años, las aventuras y los besos solamente los podía leer.

    Su burbuja de soledad fue pinchada por su padre, el Rey, que entró en la habitación con estrépito y refunfuñando:

    -¡Hijo!, cámbiate  rápidamente, lo fotografos nos esperan para la foto familiar de Navidad. Ahora mismo vendrá el sastre a ceñirte el traje. Y no me gusta que estés tantas horas encerrado leyendo, podías hacer otras cosas.

    El Príncipe giró su cabeza, aun por coronar, como una lechuza blanca, y sin levantarse de la silla de caoba le dijo a su padre:

    -Padre, ¿Sabe qué?, de no ser príncipe me hubiera gustado ser escritor para narrar historias como las de Cortázar, Borges o Flaubert.

    -Hijo, todo eso son quimeras  -dijo el Rey.

    -¿Qué es una quimera padre?.

    -Quimera es aquello que se propone como posible siendo imposible  -respondió el monarca.

    -Ah…entiendo.

    Ambos quedaron momentáneamente petrificados hasta que el joven príncipe espetó de nuevo:

    -Otra pregunta padre, ¿A qué edad te diste el  primer beso?.

    -¡No tengo tiempo para tonterias, arréglate que nos esperan en el jardín! -bocifeó el Rey.

    Y cerró la puerta como quien se quita unos zapatos incómodos después de un largo día de boda, sin descordar y de un sólo movimiento seco.

    El joven sucesor se quedó mirando el  pomo dorado de la puerta unos segundos, luego se volvió hacia el escritorio y trasladó su mirada sobre el dorso del Rayuela*, en el cual yacía una fotografía en blanco y negro de Julio Cortázar. El rostro del escritor argentino hacía intuir que conocía la respuesta a la pregunta que le había hecho a su padre sobre el primer beso.

    De nuevo la calma se vio interrumpida. Esta vez por la aparición del sastre, que dio dos toquecitos a la puerta a la vez que la abría medio palmo.

    -¿Su Majestad? -dijo el sastre.

    -Un momento, déjeme un segundo y saldré al vestíbulo -dijo el Príncipe.

    -Sí, su Majestad -dijo el sastre cerrando la puerta muy despacio.

    Entonces, se levantó lentamente del fastuoso escritorio y abrió las cortinas de seda para salir al amplio balcón con vistas al jardín circular donde se agolpaban como hienas los fotografos en busca de carroña Real.

    Apoyó los codos en la baranda de blancos baluastres, con las manos haciendo de atril, un atril que permitía a su cuello no sufrir el dolor de soportar todo el peso de su cabeza de piedra.

    ¡No era posible!, al levantar la vista, ante si se mostraban majestuosos los tejados grises de Paris.

    Ahora ya era una quimera más entre las que desde lo alto de Notre Dame observaban, melancólicas, los encuentros espontáneos de La Maga y Oliveira*.

    Fuente: enfocados.com

     

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    *Rayuela: Novela de Julio Cortázar. http://es.wikipedia.org/wiki/Rayuela_(novela)

    *La Maga y Oliveira: Son los protagonistas principales de Rayuela. París es la ciudad donde se producen sus encuentros azarosos.

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